Esta entrada es un pequeño homenaje uno de mis pintores favoritos: Giorgio Morandi.
Morandi (1890-1964) enseñó grabado en su Bolonia natal y también produjo un conjunto inusual de pequeños bodegones al óleo. La primera vez que vi una reproducción de su obra tuve una reacción física de emoción y asombro. Lo que destaca después de un largo estudio de muchos libros sobre Morandi es su invención de un lenguaje visual que resolvió la tesis-antítesis del arte clásico y moderno, y la forma en que sus pinturas son esencialmente filosóficas: recatadas, estoicas, humorísticas, pero también numinosas. Hay una gran tensión consciente en su obra entre la quietud y el movimiento, entre el color y el no color, entre la figura y el fondo, entre el vacío y el lleno, entre lo serio y lo lúdico. Todos están explorados con gracia y habilidad; fue un experimentador dedicado dentro de un conjunto de limitaciones deliberadas. Tal vez sea principalmente un pintor de pintores por todas las razones anteriores, pero sigue siendo mi filósofo semi-recluso favorito del pincel. Giorgio Morandi: The Art of Silence, de Janet Abramowitz, cuenta la interesante historia de su carrera de una manera comprensiva y perspicaz. Hay muchas monografías disponibles sobre Morandi, una muy interesante es Morandi Ultimo de Laura Mattioli Rossi.
-Tad Spurgeon
Demás está decir que muchas de mis propias pinturas, son, de alguna forma, un homenaje a Giorgio Morandi... bodegones sencillos, honestos, pintados del natural, sin pretensiones, creo firmemente que allí se haya el alma de la pintura.
Una de las muchas pinturas que he pintado inspirado por Giorgio Morandi
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