En esta entrada quisiera aclarar algo muy importante que se me quedó en el tintero la vez pasada, en la entrada de "introducción" a los 12 valores de la pintura. No es nada menos que aclarar el por qué los valores de la pintura, son dualistas, y se cumplen cuando existe un equilibrio entre 2 parámetros antagónicos.
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| Busto de Aristóteles, que se haya en el Palacio Antemps, Roma. |
Esta no es nada menos que la "teoría del justo medio", de Aristóteles:
Para Aristóteles "la felicidad se encuentra en la virtud, en la perfección de la función propia del hombre, la razón. Como en el hombre hay una parte irracional, podemos dividir las virtudes en dos clases: virtudes dianoéticas (las propias de la razón) y virtudes éticas (las de la razón aplicada a los apetitos sensibles). La virtud ética es un hábito de elección que conduce a optar por el equilibrio entre dos extremos viciosos ("justo medio").
Es un hábito porque no basta con haber elegido bien una vez, para considerarse virtuoso. La tendencia permanente a obrar correctamente se adquiere por una serie larga de repeticiones en la elección de lo correcto que genera en nosotros una costumbre. La razón es la que determina en cada caso cuál es el justo medio: éste no puede ser establecido por anticipado mediante una regla.
De los párrafos anteriores podemos entender que para Aristóteles, lo que denominamos "virtud", que no es más que el poner en práctica un "valor" (de lo que quiero hablar aquí), se alcanza cuando existe un equilibrio, un convivir en armonía, entre dos conceptos antagónicos (como el Ying y el Yang).
De aquí se entiende que cualquier "valor", o "virtud", es un punto medio entre dos actitudes o conceptos que por si solos, son vicios, pero equilibrados, son virtud. Ilustrémoslo con un ejemplo, con "el amor propio". Tener amor propio no es más que un punto medio entre ser soberbio y ser alguien carente de autoestima. Ser soberbio es un vicio. No tener autoestima también es un vicio. Pero el punto medio entre ser soberbio y no tener autoestima, es una virtud, lo que llamamos "amor propio".
Otros ejemplos; ser valiente, es un punto medio entre ser temerario y ser cobarde. Ser honesto, un punto medio entre no decir mentiras y hablar más de la cuenta. Ser paciente, un punto medio entre ser pusilánime y atarantado. Templanza, la virtud entre el exceso de indulgencia y la insensibilidad. Ser generoso, este es el medio entre la mezquindad y dar más de lo que puedes. Ser Justo; la virtud de tratar justamente a los demás. Está a la mitad entre el egoísmo y el desinterés. Esta virtud también se puede aplicar en diferentes situaciones y Aristóteles tiene un capítulo completo dedicado a las diversas formas que puede tomar.
Además de los ejemplos clásicos del párrafo anterior, esto es perfectamente aplicable a casi cualquier cosa en la vida, en general. Por ejemplo, tener una espiritualidad sana, no es más que un punto medio entre ser un ateo recalcitrante, y ser un fanático religioso. Lo mismo, tener un trabajo ideal, suele ser un punto medio entre la estabilidad económica y hacer lo que te gusta. Incluso aplica a conceptos sociales, por ejemplo, un buen gobierno, tiene un equilibrio y convivencia armónica entre las ideas de izquierda y las de derecha (como en el Chile de los 90s, otra vez, un punto medio). Y así los ejemplos siguen y suman.
Si durante dos milenios la teoría del "justo medio" de Aristóteles, a probado ser tan acertada, ¿por qué iba a ser distinto con los valores de la pintura?. Así es, todos los valores de la pintura enumerados en la entrada anterior se basan en esta hipótesis de Aristóteles. Si quieren saber más sobre la teoría del justo medio, que es mucho más compleja que lo expuesto en esta entrada, pueden leer el clásico "Ética a Nicómaco".
Diego Villegas Riffo
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