Saludos;
Esta entrada es, por supuesto, la continuación natural de la anterior sobre las paletas. Y vaya; que es un GRAN tema el de los pinceles. Pero antes de dar cualquier recomendación creo que sería bueno aclarar un par de cosas desde el vamos;
Yo entiendo que los materiales de arte, especialmente cuando son de buena calidad, suelen ser caros (aunque hay excepciones), y no siempre estamos dispuestos a "invertir" en cosas que a simple vista pareciera que dan lo mismo. Sobre todo considerando que por lo general esto es sólo un hobby...
Sin embargo, la próxima vez que vayas por materiales para esta disciplina de la pintura al óleo (porque si, la pintura al óleo tradicional es una disciplina, un oficio, y una subcultura; igual que las artes marciales); antes que gastar en pintura premium, soportes finos, mediums rebuscados, un atril robusto, o lo que sea; te aconsejaría que lo inviertas en unos buenos pinceles.
"Pinceles en su Salsa", Obra de Elizabeth Blaylock.
*Nota: En esta entrada y las futuras, voy a priorizar en los ejemplos a pintores tradicionalistas contemporáneos; ello para mostrar que la pintura al óleo tradicional está más viva que nunca hoy en día.
Así es, los pinceles, son al fin y al cabo aquello con lo que pintas. El pincel es, durante lo que dura tu sesión de pintura (y a diferencia de cualquier otro material), una parte más de tu cuerpo; la extensión de tu mano y tu brazo. De ahí que el pincel sea la pieza más fundamental del equipo.
Un pincel es para un pintor, lo que la katana para un Samurai (o lo que un sable de luz para un Jedi). Así de vital es, y por supuesto, de la misma forma en la que no es recomendable ir a la batalla con una espada sin filo, tampoco lo es enfrentarse a un lienzo en blanco con pinceles descuidados.
Los pintores y los Samurais tienen muchas más similitudes que la Katana y el pincel, pero eso será tema de futuras entradas...
La segunda cosa que es necesario aclarar; es que la elección de cuales son los pinceles adecuados para ti, está íntimamente ligada al estilo pictórico que deseas desarrollar.
A modo muy general; si te gusta algún estilo en el que no se ven las pinceladas, o éstas no tienen mayor importancia, te aconsejaría que compres cualquier pincel sintético barato al por mayor (como los que venden al por mayor en AliExpress).
En serio, en ese caso da exactamente lo mismo que pincel uses, sólo debes tener de varios tamaños y mantenerlos limpios. Es más, te aconsejaría que ni siquiera pierdas tu tiempo con el óleo. Mejor pinta con acrílico, seca rápido y puedes pintar capa sobre capa, sin calentarte la cabeza.
Sin embargo, éste blog es sobre óleo, y particularmente sobre pintura al óleo tradicional. Y yo asumo que si te interesa la pintura al óleo tradicional, es porque te gusta el carácter y la calidez que dan las pinceladas, porque te gusta pintar húmedo sobre húmedo (una de las cualidades más propias y distintivas del óleo), aprecias la enorme versatilidad de la técnica (que te permite pintar desde finas aguadas a gruesos empastes), y porque te gustan los infinitos efectos ópticos que se obtienen entre los distintos pigmentos, y los distintos aceites... o por último porque te gusta el olor de la trementina.
De arriba a abajo; obras de Quang Ho, John Cook, y Daniel Keys. Son claros ejemplos de a qué me refiero yo con la calidez y el carácter que dan las pinceladas, pinceladas que además tienen la impronta única de la pintura al óleo, distinta a la de cualquier otro medio.
Joder, es que es algo tan elemental; si hago una pintura, no es sólo porque me interese la imagen es si, nadie se hace pintor sólo porque le gusten las imágenes (para eso mejor hacerse fotógrafo, o ilustrador), es porque quiero que mi pintura parezca una pintura, porque las pinceladas transmiten emoción, energía, porque enriquecen aquello representado y son una forma de expresión por si mismas.
Además las pincelada da una impronta única para cada pintor, tan propia como su firma. Uno puede fácilmente saber a qué pintor pertenece un cuadro sólo con ver la pincelada. Y a diferencia de la firma, no puede falsearse. Una vez que le tomes el gusto, ganes destreza, y veas las cosas con otros ojos, tendrás una pincelada propia, única, irrepetible. Y será como un espejo de tu personalidad. Por mucho que quieras ocultar algún aspecto de ti, tu pincelada no te lo va a permitir. Es que la pincelada es lo más sincero que hay, es una cosa que sale del alma, por eso no puede falsearse ni hay dos iguales.
Y bueno, precisamente la gran gracia de que exista una enorme variedad de pinceles; es permitir una infinita gama de pinceladas con carácter propio. La pintura al óleo, por si misma, ya es la técnica pictórica más rica y versátil que existe. Sin embargo, la única forma de "estrujar" todo el ingente potencial que tiene, es aprendiendo y aprovechando las distintas formas, tamaños, usos, y tipos de pelo que tienen los pinceles.
¿Pero como elegir entre tanta oferta?, Simple; si de verdad te apasiona esto, llegará un punto en que no sólo te maravillarás con los cuadros en sí, sino también imaginando el proceso por el que fueron hechos.
Y yo pienso que eso es justamente lo mejor que puedes hacer para decidir cuales son los pinceles adecuados para ti; antes que nada aprecia obras. Enamorarte de algunas de ellas, y hazte preguntas; ¿Que pigmentos usó?, ¿Que aceites se emplearon?, ¿Lo pintó en varías capas o todo de una vez?, y por supuesto; ¿cómo se logran esas pinceladas?, ¿Con qué pinceles?.
Llévalo a la práctica; equivócate, frustrate, enójate, persevera, ten pequeños logros que se acumulen, vuelve a enamorarte, y repítelo todo desde cero varias veces. Y así (y sólo así) es como tarde o temprano llegarás a la respuesta de cuales son los pinceles para ti (o por lo menos descubrirás cosas interesantes en el proceso)...
A modo de ejemplo, en mi caso, hace unos años me quedaron gustando mucho unos cuadros del pintor norteamericano Aaron Coberly que pude ver en vivo (en una galería de arte acá en Santiago). Aaron Coberly pinta con pinceles de cerda natural (de esos bien tiesos), espatulados y cortos, además de mezclar el óleo con un medium a base de cera de abeja y resina alquídica (para dar una acabado mate y una consistencia mas pastosa a la pintura).
Traté de emular su estilo por un tiempo, aunque no logré ni de cerca el mismo resultado jaja!; Si bien descubrí que esos pinceles y forma de trabajo no eran del todo adecuados para mí, al menos me quedé con la idea de la importancia que tienen las pinceladas para crear atmósferas. Y descubrí que si bien un pincel debe idealmente ser utilizado para el propósito para el cual se diseñó, también puede tener una gran variedad de usos ignorados a primera vista.
En esta demostración por ejemplo; Rob Howard (el ex-administrador del antiguo y extinto foro Cellini), hace una "grisalla" con los mismos pinceles de cerda espatulados de los empastes Coberly, pero ocupados de una forma diametralmente opuesta; son usados en seco para "raspar" pintura muy diluida.
Y por cierto, que Rob Howard es un pintor sumamente sabio, si pueden comprar alguno de sus libros, háganlo.
Eso si, que uno puede experimentar hasta con un cepillo de dientes, pero todo tiene que ir acorde al sentido común; claramente no vas a ocupar un costoso y delicado pincel de marta para hacer empastes...
Bien, habiendo aclarado esas dos cosas (muy importantes); voy a partir con algunas generalidades sobre las formas, tipos de pelo, y finalmente los pinceles que a mí personalmente me gustan...
Sobre los pinceles en general:
I) Sobre las formas:
Sobre las distintas formas, y sus usos, es un tema del que se podrían escribir muchas entradas. Por eso no me voy a explayar, sólo mencionar lo básico, para que quien se inicia en esto tenga algunas ideas elementales:
Los tipos de pinceles más típicos que existen, de izquierda a derecha; redondo, espatulado, biselado, lengua de gato, de abanico, angular, mopa, y tira-líneas.
Algunos ejemplos de marcas de los modelos más comunes que econtramos en cualquier tienda de materiales de arte. La imagen fue sacada de Pinceles Casan.
Los espatulados en general se ocupan para dar pinceladas estructurales y decididas. Aquellas pinceladas que construyen la espina dorsal del cuadro (como en los cuadros de Coberly, en que está pintado lo esencial de los modelos sin reparar en detalles). Es por lo general un pincel cuya pincelada es fácil de predecir, regular, y de bordes definidos, pudiendo ser rectangular o achatada. Una herramienta indispensable para la gran mayoría, y el pincel más típico que existe para óleo en la actualidad. En esta obra de la pintora canadiense Ingrid Christensen, podemos apreciar muy bien la pincelada característica de los espatulados:
Los redondos, por el contrario, son más para detalles (y en detalles minúsculos son prácticamente imprescindibles). Aptos para una pincelada un poco mas irregular en sus bordes, pero que a su vez es mas larga, angosta, y da más control. O en general para representar aquellas partes del modelo que son difíciles con pinceladas rectangulares (como los pétalos de las flores, por ejemplo). Te recomiendo tener varios de tamaños, sobre todo pequeños.
¿Quieres un poco de inspiración sobre como usarlos? Michael Klein es un pintor de flores que usa únicamente y exclusivamente pinceles redondos (hasta tiene su propio set de pinceles redondos para pintar flores).
Rosas Blancas, por Michael Klein. Nóte como los pinceles redondos fueron empleados en los petalos que estan apiñados al borde de las rosas inglesas.
Los pinceles "lengua de gato" son como la fusión de ambos. Su principal gracia es el dinamismo que otorgan. Con ellos puedes fácilmente hacer una pincelada muy firme y definida, pero a la vez variar su anchura, o hacer sus bordes más difusos. Y ocupados de lado, hacen casi lo mismo que los pinceles redondos. David Leffel es un pintor que usa lenguas de gato; note como las emplea con todo su dinamismo para construir los pétalos de la rosa y las hojas (de hecho, muchas de esas hojas pequeñas que están en la sombra, son sólo lengetazos de gato individuales).
Esos tres modelos (que son los más comunes), generalmente los hallarás en sus versiones largas y cortas. Los primeros, obviamente, son para pinceladas largas. Estos pinceles largos (especialmente los pinceles "lengua de gato", extra largos, llamados "egberts" en inglés), eran los pinceles más comunes usados por los viejos maestros europeos (de los siglos anteriores al XIX), y de los mejores para pintar detalles finos.
Este cuadro de Sargent es muy buen ejemplo de cómo se emplean las pinceladas largas para crear detalles; note sobre todo las pinceladas que forman los pliegues superiores del traje.
Los pinceles cortos (y que son los más comunes hoy), se pusieron mas de moda entrado el siglo XIX, de mano de los impresionistas. Ellos buscaban captar los efectos ópticos de la luz (por sobre las formas) mediante el empleo de pinceladas cortas y homogéneas, a diferencia de las pinceladas largas y dinamicas de los maestros clásicos.
En estas obras de Paul Signac podemos apreciar como las pinceladas cortas y homogéneas ayudan a construir una atmósfera unificada en el cuadro, este tipo de pincelada, junto a una forma revolucionaria de entender el color, fue el recurso capital de los impresionistas.
Yo personalmente te aconsejo que compres únicamente pinceles largos; por un tema económico; la diferencia de precio entre ambos modelos nunca supera el 15% - 20%, pero la vida útil de un pincel largo es del doble de la de un pincel corto. Además con el tiempo igual tendrás pinceles cortos, pues los pinceles originales eventualmente se desgastaran con el uso acortándose poco a poco. Y lo mejor, al ser los pinceles largos más difíciles de manejar; si te acostumbras con ellos desde el principio, pintar con pinceles cortos se te hará muy fácil luego.
Los otros tipos de pincel que encontramos ya son diseñados para fines más específicos. Los de abanico por ejemplo, están hechos para difuminar los bordes de otras pinceladas, y fundirlas entre si (lo que puede hacerse con el pincel en seco -de acuerdo al tipo de pelo-, o con pintura/medium). También pueden ser usados para generar pinceladas dispersas y espontaneas, incluso hay quienes los recortan un poco para lograr más efectos.
Un tipo de pincel tradicional que en mi opinion ha sido injustamente infravalorado, es el de mopa. Hecho normalmente de pelo de cerda o de cabra, que es parecido al de cerda pero menos tieso. Tiene una capacidad única para mezclar otras pinceladas, crear efectos de empastes, fundir colores, y ayudar a crear atmosferas interesantes. Pienso que merecen mucha, pero mucha más popularidad que la que tienen actualmente. Charles Warren Mundy, al igual que yo, es gran fan de los pinceles de mopa, los usa en casi todos sus cuadros. En estos se aprecian muy bien lo que se puede lograr con ellos:
El pincel de mopa podría convertirse en un pincel muy popular en los años venideros...
También te vas a pillar con rarezas; como este pincel con forma de cono hueco diseñado por el pintor Tony Cowlishaw específicamente para pintar el follaje de arboles, arbustos, y bosques:
Originalmente fueron pensados para acuarela, pero pueden perfectamente ser usados con óleo adelgazado. Cortesia de Rosemary & Co.
Otro consejo general que conviene recordar a esta altura (aunque parezca evidente), es que trates de tener de todas la formas y tamaños que te sea posible. Errores muy comunes son el tratar de cubrir áreas grandes del lienzo con pinceles pequeños, o tratar de pintar detalles con pinceles grandes. Y claro, la mejor manera de ir descubriendo los usos de las distintas formas, es probarlos tu mismo.
Igualmente, siempre prefiere los de mango largo, que son los para óleo. . Otro error igual de común, y causado muchas veces por los pinceles cortos; son el pintar cada parte del cuadro desde muy cerca. Uno siempre debe alejarse un poco de la obra en ejecución, para ver como va en conjunto.
II) Sobre los tipos de pelo:
Lo que más características únicas confiera a un pincel, eso si, es el tipo de pelo. Los tipos de pelo difieren en la cantidad de pintura que pueden acarrear, su firmeza o su docilidad, y el tipo de marca que dejan.
El primer gran "cisma" que tenemos entre los pinceles es el de los de pelo natural vs. los de fibras sintéticas. Ninguno es mejor o peor, cada grupo tiene sus ventajas y desventajas sobre el otro
Los primeros son tradicionales, crean marcas distintivas, muchas veces irregulares, o no siempre del todo predecibles (o predecibles dentro de su irregularidad). Por ahora casi irreemplazables si te gusta pintar "Alla Prima" (todo el cuadro en una sola sesión), pues la capacidad de acarrear pintura y la suavidad de algunos de ellos, aún no puede ser igualada.
Obras de Nicolai Fechin y Richard Schmid respectvamente; dos buenos ejemplos (separados por casi un siglo), de pintura directa (Alla Prima), que aprovecha las cualidades y marcas propias de los pinceles naturales.
Los pinceles naturales para óleo más típicos que existen son los de pelo de cerda, que son firmes, gruesos, tiesos, acarrean una buena cantidad de pintura y dan pinceladas toscas y rusticas (como las de Fechin). Sin embargo su calidad varía estrepitosamente de fabricante a fabricante. Algunos duran muy poco y al cabo de un par de cuadros lucirán más como un plumero que como un pincel. Otros, con el mismo trato, se mantendrán en forma muchísimo más tiempo. En general, las cerdas de mala calidad son mucho mas "blandas" que las buenas (aunque comprobar eso en la tienda es difícil porque los pinceles nuevos vienen normalmente con una "goma" que los estira y endurece artificialmente -y por eso siempre debes lavar con agua un pincel nuevo antes de usarlo-).
De todas formas, hay consenso general en que los pinceles de cerda de mejor calidad que existen, son los que se hacen con los pelos de una variedad de cerdo que vive en la región China de Chungking. Estas cerdas son muchísimo mas firmes y responsivas (y puntean mejor) que cualquier otra cerda. En teoría un pincel de estos mantendrá su forma aunque se le dé un uso espartano (aunque a mí no me consta, nunca los he probado). Rosemary & Co. ofrece toda una linea de pinceles de cerda Chungking.
Sin embargo, histórica y tradicionalmente, el pincel de pelo natural más apetecido, valorado, y buscado para pintura al óleo, no son los de cerda (aunque fueran los más comunes), sino que son los de mangosta (o "meloncillo"). La mangosta es un animal parecido a la comadreja que vive en África y Eurasia. Al vivir en madrigueras y cerca de ríos, tiene un pelo extremadamente fuerte, abundante, y largo, hecho para protegerlo en los ambientes más adversos.
Ese pelo, una vez convertido en pincel, es uno de los únicos con el que se pueden hacer pinceles largos que retienen su forma, y a la vez pueden cargar buenas cantidades de óleo (incluso pastoso), pero siendo mucho menos toscos y tiesos (y punteando mejor) que los pinceles de cerda. De ahí que el pincel de mangosta sea algo muy apetecido sobre todo para quienes pintan de forma directa ("Alla Prima"). Para ellos un pincel de mangosta es tan valioso con un pincel de marta lo es para un acuarelista.
De la mangosta vienen algunos de los pinceles más codiciados por los maestros a lo largo de más de medio milenio...
Francisco Pacheco, maestro de Velázquez, ya en el siglo XVII menciona los pinceles de mangosta en sus escritos como uno de los más populares de la época (junto a los de cabra y marta). Fueron sin duda las herramientas preferidas por muchos de los grandes maestros europeos en los siglos pasados (y muy probablemente los favoritos del propio Velázquez). Incluso hoy en día siguen siendo populares entre los pintores tradicionalistas, a pesar del auge de los pinceles sintéticos.
De chico siempre me intrigó como hacia esas pinceladas tan majestuosas Velazquez (que es uno de los mejores maestros de la técnica "Alla Prima" que jamás ha existido). Hoy sé que los pinceles de mangosta fueron las herramientas que lo ayudaron a plasmar toda esa emoción y maestría.
Lamentablemente, hace algunos años se prohibió el comerció de pelo de mangosta, ya que se considera una especie en peligro. Esa fue una terrible noticia para muchos pintores, y las compañías que fabrican pinceles se han vuelto locas desarrollando pinceles de "mangosta sintética" estos últimos años.
De todas formas, la prohibición es sólo para el pelo, todavía hay fabricantes que ofrecen estos pinceles con el pelo que aún tienen en stock. Si los quieres aún los puedes traer desde Estados Unidos (por Jerry's Artarama, por ejemplo), o de España (por Escoda). Por alguna razón acá en Chile nunca ha habido nadie que traiga pinceles de mangosta (que yo recuerde)... si de martas, cabras, ardillas, ponis, camellos, bueyes, iltis (turón), etc... pero no de mangosta.
Hay otros pelos que también han sido muy usados históricamente y tienen propiedades similares a la mangosta, como los de pelo de tejón (muy usados por Vermeer y los neerlandeses en general). Pero en fin, que tampoco puedo ponerme a describir la infinidad de pelos distintos que hay y que han sido usados a los largo de los siglos; pero remiendo este articulo a quien le interese el tema. En verdad es un vil "copy-paste" de fragmentos de una tesis sobre historia de los pinceles escrita en la Academia de Arte de Stuttgart (Alemania), pero ya que la tesis original no esta disponible, igual sirve para hacerse una idea.
Claro que ningún articulo que trate el tema de los pinceles de pelo natural para óleo estaría completo sin mencionar al eterno clásico entre clásicos cuando se trata de los acabados y detalles finos; los pinceles de marta.
Las martas son familiares de las comadrejas (y por ende primos de las mangostas), y son comunes en Europa, Medio Oriente, y partes de Asia (aunque para pinceles sólo sirven las asiáticas). El pelo de la cola de estos animales (sobre todo el de los machos) es probablemente el mejor que existe para la fabricación de pinceles de acuarela; debido a su forma cónica y larga, su fortaleza, docilidad, y su inmensa capacidad retener agua, que soltará como si fuese una pluma estilográfica.
Para óleo también son útiles; pero como en todo, hay muchas variedades de martas, y no todas son aconsejables. La variedad Mustella Siberica, conocida como marta "Kolisnky" siberiana, es la de mejor calidad y la más codiciada; sólo el pelo bruto ya cuesta tres veces su peso en oro. Pero alguien que pinta con óleo jamás le podrá sacar todo el partido que le sacaría un acuarelista. De ahí que, al menos que seas un acuarelista muy experimentado y habilidoso, no vale la pena en lo absoluto gastar esa brutalidad por un pincel de estos.
Un pincel de marta roja (otra variedad mucho más barata) es mas adecuado para óleo, pero aún así, sólo se justifica (en mi opinión), si pintas húmedo sobre húmedo y necesitas crear detalles extremadamente finos. Si pintas en capas sucesivas, esperando que se endurezca cada capa antes de empezar la siguiente, no tiene sentido en lo absoluto tener de estos pinceles.
Precisamente la gracia de la marta roja es que acarrea una buena cantidad de pintura, y es lo suficientemente suave para aplicarla por encima sin remover pintura de la capa inferior aún fresca (hacer eso con un pincel sintético, que acarrea menos pintura y es más tieso, es MUY difícil). De ahí su idoneidad para pintar húmedo sobre húmedo.
Esa capacidad la comparte con el pincel de mangosta, pero la marta roja te otorga mucha más precisión para esos detalles finos. El ya citado Richard Schimd pinta de esa forma; "Alla Prima"; crea el grueso del cuadro con pinceles de mangosta, y los detalles finos los termina con marta roja.
Richard Schimd también tiene su propio set, que incluye pinceles que emulan los de mangosta (a los que ya me referiré), y de marta roja para detalles.
Una ultima cosa muy importante sobre los pinceles de marta, es que al ser los más caros, son también los más falsificados. Así es, me atrevería a decir que mas de la mitad de los pinceles de marta que hay en el mercado, son de cualquier cosa menos marta, por mucho que digan "Pure Red Sable" en el mango. De hecho la misma palabra "sable" (que se usa par denominar universalmente los pinceles de marta en el mundo anglosajón), ya es un termino mal usado, pues se refiere originalmente a la variedad de marta "sibelina" (Martes Zibellina), la que históricamente nunca ha sido utilizada en pincelería, ni es adecuada para ello.
La mejor manera de asegurarte de que no te vendan gato por liebre es comprar pinceles de marta sólo a fabricantes con reputación internacional, como Escoda, Princeton, o Rosemary. O bien asegurarse de que sean de manufactura germana. ¿Por qué?, porque en Alemania la confección artesanal de pinceles de marta es un oficio tan tradicional como la elaboración de cerveza y embutidos. Es más, todos los grandes fabricantes de pinceles del mundo le compran el pelo de marta, ya seleccionado y preparado, a una misma familia alemana que ha estado en el negocio desde el siglo XIX (porque no es llegar, rapar un animal, y listo; NO, es todo un proceso, que ya es casi un arte en si mismo).
Pero como mencioné, y vuelvo a repetir, estos costosos pinceles sólo valen la pena si pintas húmedo sobre húmedo y necesitas detalles muy precisos. Si quieres pintar detalles finos sobre una capa de óleo ya endurecido, prácticamente cualquier pincel redondo y sintético pequeño hará el trabajo; y si quieres las marcas más irregulares de un pelo natural, te servirá cualquier pincel de oreja de buey (que son los más ancestrales que hay por cierto, ya los usaban en el antiguo Egipto). También hay unos pinceles que hacen con mezclas de varios tipos de pelo natural y/o sintético que imitan a los de marta por un precio mucho menor. Y algunos son muy buenos, he leído maravillas de la serie "Ebony" de Rosemary.
Bien, habiendo escrito una "pincelada" sobre los pinceles naturales más importantes para óleo, es hora de referirse al otro gran grupo de pinceles que existen; los pinceles sintéticos. Nacen en el siglo XX, de la mano del desarrollo de la industria química, y desde sus inicios hasta ahora, se han convertido en los pinceles más comunes y variados de nuestra época.
A pesar de que hay de muchos tipos y calidades distintas, comparten algunas cosas en común: dejan marcas muchísimo más regulares, homogéneas y predecibles. Son mucho más baratos y accesibles que la mayoría de los de pelo natural, y también tienen la ventaja de ser mas duraderos y fáciles de limpiar (por lo general, hay excepciones). Estas fibras, al ser lisas, a diferencia de las naturales que son irregulares, acarrean menos pintura. Eso no los hacen muy adecuados para pintura "Alla Prima", pero si ideales si te gusta pintar en varias capas sucesivas, caso en que es bueno que cada capa sea lo mas delgada posible.
Los sintéticos más "tradicionales" y comunes hoy por hoy son los de Taklon. "Taklon" es el nombre comercial de una fibra de poliéster inventada por la compañía DuPont (que resultó de un proyecto de DuPont que originalmente pretendía crear una alternativa barata al pincel de marta). Es un buen pincel multiproposito, barato, dócil, y fácil de limpiar. El Taklon original es de color blanco, y se fabrica variando su diámetro a un nivel muy pequeño (para tratar de crear una superficie un poco más rugosa). Para hacer estas fibras más suaves, se someten a altas temperaturas, y también se tiñen para mejorar su capacidad de retener pintura. Ese proceso da origen al "Taklon dorado" (que en verdad es naranja); es el pincel más común que podrás encontrar hoy en día. Me atrevería a decir que no existe una sola tienda de materiales de arte (o librería), que no tenga pinceles de Taklon dorado.
Si lo que quieres es iniciarte en esta maravillosa disciplina del óleo, te aconsejo que compres pinceles de Taklon dorado (espatulados), de varios tamaños. Al ser más suaves que los de cerda, pero más tiesos que los de pelo natural, dan un buen punto de partida para el principiante (eso, además de su bajo precio). De hecho, todas las pinturas que salen en la primera entrada de este blog (que son algunas de mis primeras obras), fueron pintadas con Taklon dorado. Y lo mejor; los podrás usar tanto con óleo como acrílico, e incluso acuarela (por si no te gusta el óleo, o quieres probar otras técnicas)
Otra fibra sintética muy común para usar en pinceles, que destaca por su versatilidad y resistencia, es la de Nylon (también cortesía de DuPont). Suele ser más rígida que la fibra de poliéster del Taklon, y por ende es más adecuada si te gustan pinceladas marcadas, o usar la pintura con más cuerpo (de hecho, son básicamente las mismas fibras de las que está hecho un cepillo de dientes).
Una gran ventaja de este tipo de pinceles, es que existe una cantidad de innovación inmensa en su fabricación. Por ejemplo, se ha puesto de moda lijar las fibras de Nylon con micro-esferas de cristal, para hacer su superficie mucho más rugosa, o añadirles pigmentos especiales, que les dan mucha más polaridad a la superficie de las fibras (ambas ideas enfocadas a mejorar su capacidad de acarrear pintura). Hoy en día tenemos pinceles sintéticos mucho mejores que los que había hace 15 o 20 años, y en otros 10 años más, es casi seguro que los pinceles sintéticos de gama alta no tendrán absolutamente nada que envidiar a ningún pincel de pelo natural (ni siquiera a los de marta Kolinsky).
La mangosta sintética, marta sintética, y tejón sintético, que ofrecen muchos fabricantes son buenos ejemplo de esta clase de innovaciones. También se ha hecho común combinar pelos naturales con fibras de Nylon, para rescatar un poco de lo mejor de ambos mundos. La combinación de la cerda con Nylon es muy popular, ya que la cerda natural tiende a perder su forma rápidamente con el uso, y esta es una forma perfecta de corregirlo. Algunas de las compañías que más innovaciones hacen en cuanto a pinceles sintéticos son las norteamericanas Princeton, y Royal Langnickel. Recomiendo leer los blogs de ambas si quieres enterarte de algunas de las ultimas innovaciones en lo que a pinceles sintéticos se refiere.
Pincles que a mí personalmente me gustan:
Bien, antes que nada, quiero que sepan como fue que llegué a entusiasmarme y probar los pinceles que actualmente son mis favoritos. Yo leo periódicamente un montón de blogs extranjeros sobre pintura al óleo, y sigo en facebook a un montón de pintores más, desde hace mucho tiempo. Y de pronto me fui dando cuenta que muchos de estos pintores (sobre todo estadounidenses), le hacían toneladas de "propaganda" a un fabricante (y modelo), en particular. Pero mucha, mucha, propaganda; algunos decían que estos pinceles eran casi indestructibles, que era todo un placer pintar con ellos, que les habían permitido hacer cosas con la pintura que les era imposible hacer antes, que ningún otro pincel en el mercado se les comparaba, y un largo etc..
Eran tantos los comentarios, entradas de blog, vídeos de youtube, y temas en foros, donde se hablaban maravillas de estos pinceles, que me picó el bichito de la curiosidad. Me mantenía esceptico al principio; después de todo un cuadro lo hace el pintor, no los pinceles. Pero es que joder, si hasta el Grand Central Atelier (en Nueva York), y The Florence Academy of Art (en Florencia, Italia); que son dos de las academias de pintura tradicional más prestigiosas que hay, le hacían propaganda a estos pinceles. Eso, sumado a que muchos de los pintores que más admiro los prefieren de forma exclusiva, hizo que mi curiosidad no diera para más, juntara lucas, y me ordenara un set.
El fabricante al que me refiero es uno que ya he mencionado en esta entrada varias veces; Rosemary & Co. Es una pequeña fabrica artesanal de pinceles en Yorkshire, Inglaterra, fundada y mantenida por Rosemary Thompson y su familia.
De izquierda a derecha (y de arriba a abajo); Obras de Jeremy Mann, Nancy Guzik, Casey Childs, Michelle Dunaway, Tony Pro, Casey Baugh, Teresa Oaxaca, Adam Clague, y Timothy Rees. Todos estos pintores tienen algo en común, pintan con pinceles Rosemary de forma casi exclusiva (al igual que la mayoría de los pintores contemporáneos citados anteriormente).
La primera de muchas cosas que me sorprendió de estos pinceles fue el precio. Yo imaginé que tendría que desembolsar una cifra de 5 dígitos (en pesos chilenos) por cada pincel, pero no, de hecho son más baratos que muchos de los que te veden en Santiago. Y eso se debe a una ventaja notable; no existe ninguna tienda física dónde puedas comprar un pincel Rosemary. Su modelo de negocio consiste en venderlos directamente a los artistas de forma exclusiva por Internet. Y eso se nota en el precio, pues al comprarlos directamente a la fabrica no existe ningún tercer intermediario que se quede con parte de lo que pagas por ellos.
El envío por Royal Mail sale alrededor de 12 mil (independiente del tamaño). Yo te aconsejo comprar 100 mil pesos (140 dólares) cada vez que quieras traer, ni más, ni menos. Eso porque de esa forma el coste de envió es de menos del 12% del precio de los pinceles. Si compras menos de 100 mil, ese porcentaje sube mucho y no conviene tanto. Y si compras más de 100 mil, llamarán la atención, y probablemente te los van a retener en aduana, y te van a cobrar el IVA más el impuesto de internación, con lo que vas a terminar pagando el doble. Por lo mismo, siempre elije Royal Mail, nunca, pero nunca DHL, pues los envíos por DHL son retenidos en aduana siempre. Por lo general, las veces que he traído, tardan una semana en llegar a Chile, y entre una y dos semanas más a que los de Correos Chile te los vengan a dejar. Nunca me los han retenido y siempre han llegado en perfecto estado.
La segunda cosa que me impresionó, es que los pinceles Rosemary son verdaderos tanques. Hechos para durar para siempre; algo de cierto tenían que tener todos lo elogios que leí en Internet; son la verdadera antítesis de la obsolescencia programada. En serio, desde el momento que uno los sostiene por primera vez, la impecable factura, y la excelente calidad del pelo, es notable. Yo tengo unos que he usado y abusado por casi dos años, y el pelo está exactamente igual a como estaba cuando recién los compré. Y no veo razón para que no puedan durar otros 2 años más (y otros 2 años después de esos 2 años).
Estos pinceles son gemelos, el mismo modelo del mismo tamaño. Sin embargo el de arriba tiene casi 2 años de uso, mientras que el de abajo está virgen, no lo he estrenado aún. De no ser por el desgaste del mango en el primero, no sabría distinguir cúal es cúal...
Bien, si ya visitaste la página de Rosemary & Co. habrás notado que ofrecen una enorme variedad de pinceles distintos. Entonces, ¿Cual elegir?, si bien todos son geniales, hay uno en particular que es muy especial y único. ¿Te acuerdas que antes escribí que los pinceles de mangosta siempre han sido de los más valorados para pintura al óleo a lo largo de los siglos, pero hace poco el pelo del que se hace fue prohibido?. Bueno, el modelo del que te hablo, justamente busca llenar el hueco que dejaron los pinceles de mangosta. Pero antes que nada, quiero introducir a dos pintores muy buenos y reconocidos (ambos estadounidenses).
El primero es el californiano Jeremy Lipking, que tiene poco más de 40 años, y ha emergido como uno de los mejores retratistas de America (aunque también hace pintura plenairista). De acuerdo a muchos críticos, su talento rivaliza con el de Sargent, o el de Sorolla (yo no estoy de acuerdo, pero de que es bueno, es MUY bueno). Aquí algunos de sus cuadros:
Con esta versión de "Ofelia", Jeremy Lipking ganó el primer premio del salón del Art Renewal Center el 2013, que es el salón dónde participan los mejores pintores tradicionalistas de todo el mundo (es como el equivalente actual de los salones oficiales de París en el siglo XIX).
Este cuadro fue un encargo especial que George Lucas le hizo a Jeremy Lipking.
El otro, se trata de Morgan Weistling, que es un reconocido pintor costumbrista estadounidense. Sus cuadros me recuerdan mucho la escuela del italiano Eugenio Zampighi (del que, por alguna razón, hay muchos cuadros acá en Chile), pero enfocados en la vida rural del viejo Oeste Americano. Tiene un par de demostraciones interesantes en YouTube, se las recomiendo. Aquí un par de sus obras:
Bien, estos dos tienen varias cosas en común; ambos pintan de forma directa ("Alla Prima", no en capas sucesivas), igual que Velázquez, y por lo mismo, ambos pintaban exclusivamente con los tradicionales pinceles de mangosta. Y como se imaginarán, la prohibición del pelo de mangosta fue motivo de preocupación para ellos...
Fue entonces que Lipking y Weistling se juntaron con Rosemary Thompson, para diseñar un pincel que pudiese reemplazar plenamente a los de mangosta. Y así, después de ensayo y error, fue como nació la serie "Masters Choise". Lo que hicieron fue tomar el pelo natural más parecido al de mangosta hay, que es el de tejón, y combinarlo con fibras sintéticas para mejorar sus características.
El resultado fue fenomenal, increíble, y en opinión de muchos (como el mismo Richard Schmid), aún mejor que el pincel de mangosta original. Y dado que en Chile no venden ningún pincel de mangosta, ni de "mangosta sintética", ni de nada que se parezca a la mangosta; te recomiendo encarecidamente que si quieres traer pinceles Rosemary, te traigas de esa serie. No te arrepentirás, pintar con ellos es un verdadero placer, y te harán la vida infinitamente más fácil si te gusta pintar húmedo sobre húmedo.
Pero ojo; una cosa que quiero dejar muy clara, para que no se malinterprete todo lo que he escrito (y lo voy a poner en rojo): el cuadro lo hace el pintor, no los pinceles!!! no porque esos pinceles hayan sido diseñados por Jeremy Lipking, significa que vas a pintar como Jeremy Lipking sólo por tenerlos!, creer eso seria una estupidez. Un buen pintor puede hacer un buen cuadro incluso con un cepillo de dientes usado (y conozco ejemplos literales de eso). Tener pinceles Rosemary no te hará pintar mejor, eso sólo lo logra la práctica y el trabajo duro. Lo que si puedo asegurarte; es que ahorrarás mucho dinero (si los cuidas), y pintaras sumamente cómodo.
Mi pincel de cerda preferido (por el momento) fue difícil de encontrar. Si hay un pincel cuya calidad varia mucho de acuerdo al fabricante, ese es el de cerda. En general uno debe fijarse que la cerda venga de algún cerdo asiático, que son los de pelo más resiliente. No hace falta que sea de cerda Chungking, pero si asiático. Probé muchos, pero muchos pinceles de cerda, y al final me quedo con el Princeton de Color Animal (que está hecho con pelo de cerdo Indio). Si, puedes traer pinceles de cerda mejores y más baratos de afuera. Pero yo, como buen chileno, no siempre dispongo de lucas para traer pinceles, y cuando si las tengo, prefiero traer los de tejón/mangosta que no se pueden comprar acá en Chile.
A los que me refiero son la serie "5200B" de Princeton, los pillas en cualquiera de las tres sedes de Color Animal. Fíjate que tengan el mango verde. Eso es muy importante, porque también están unos de cerda, que también son Princeton, pero son de una serie llamada "Snap!", y tienen el mango negro. Esos NO, por ningún motivo, son malisimos (y no difieren mucho en precio con los de mango verde que son los buenos).
Los otros pinceles de pelo natural que uso, son unos que probé por mera curiosidad, pero me quedaron gustando. Son de una marca alemana llamada "Ocean" y que Artel distribuye en Chile por medio de la Librería Nacional. Pero no los tienen en todas las sedes, creo que sólo en la Libreria Nacional de Matias Cousiño, y en la de Providecia (la que está a la salida del metro Pedro de Valdivia)
El primero es un pincel de "marta roja". ¿Es real?, es alemán, así que algo de marta debe tener, quizás no la mejor variedad, quizás no la mejor seleccionada, quizás no sean 100% de marta. Pero son buenos, durables, y hacen su trabajo. Y eso es lo único que importa al final.
El otro es un pincel que me sorprendió bastante, pues es aún más suave que el de marta roja. Es casi tan suave como el pelo de ardilla de hecho, pero tiene firmeza suficiente para mantener su forma. y ser adecuado para óleo. Se trata del pincel de turón (Iltis), un pelo negro azabache que he encontrado sumamente útil para pintar sobre capas de óleo fresco.
Esos dos últimos pelos los uso única y exclusivamente cuando pinto húmedo sobre húmedo. Cuando pinto en capas sucesivas, cosa que siempre hago usando resinas alquídicas (ya explicaré el por qué en otras entradas), prefiero ocupar pinceles sintéticos. Igual suelo dar "toques", o pintar cosas especificas con los de cerda o tejón, pero el grueso del trabajo siempre lo hago con pinceles sintéticos en este caso. Mis sintéticos favoritos son la serie "Ivory" de Rosemary (que debe ser la serie más barata de todas). Lo genial de este pincel es que es muy firme, tienen la misma firmeza que la cerda, de hecho. Y al ser lijados con microesferas de cristal, su superficie es más rugosa, con lo que agarra super bien la pintura. Y por supuesto, como todo pincel Rosemary, durará una eternidad bien cuidado.
Y como no, algo que no podía faltar de ninguna forma; el primer pincel que use en mi vida, y que jamas dejé de usar; el viejo, querido, y popular; Taklon dorado!. Uso cualquier variedad barata que pille en cualquier librería de barrio (estos son unos Artel que venden para artesanías). Mis favoritos a la hora de dar las capas finales en cuadros pintados con resinas alquídicas (que dicho sea de paso, son la mayoría, no soy tan bacán para pintar todo "Alla Prima"). Y bueno, esos son los pinceles que yo uso y disfruto, despues de haber experimentado con todo tipo de pinceles.
Y bien, ya hemos llegado al final de esta primera parte dedicada a los tipos de pincel. La verdad habia pensado en escribir de inmediato sobre los cuidados que necesitan los pinceles, pero pensandolo bien es un tema tan, pero TAN importante, que amerita su propia entrada.
Y para despedirme, les dejo este genial video de la pinceleria Escoda (en Barcelona), donde muestran paso a paso el proceso de confección artesanal de un pincel.
Se despide esperando que esta entrada haya sido útil a mas de uno;
Diego Villegas Riffo
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