Bien, por fin comienza la serie de los 12 valores, la verdad estoy muy entusiasmado por escribirla. Es algo que vengo fraguando en mi cabeza de hace tiempo, pero no había tenido tiempo de escribirlo en el blog. Ojalá pueda terminar la serie en un tiempo más o menos razonable. No daré plazos, pues la verdad siempre he preferido demorarme mucho en escribir algo, pero que quede bien, antes que escribir a la rápida y no se entiendan las ideas.
Pero en fin, este es el primero de los 6 valores objetivos. Recordemos que los valores objetivos son aquellos que el pintor, y nadie más que el pintor, le da al cuadro. Tienen que ver más bien con la parte del oficio, de la técnica, del talento, o la maestría de quien usa los pinceles. Los subjetivos (que veremos mucho más adelante), por el contrario, son aquellos valores en que la persona que aprecia el cuadro debe poner de su parte, para que puedan manifestarse. Por ende estos valores pueden apreciarse o no, dependiendo de quien observe la pintura, de ahí que sean valores "subjetivos".
Recordar por último que los 12 valores se aplican a la pintura en el sentido más tradicional posible. Vale decir, a representaciones subjetivas del mundo natural, hechas con pintura. Ósea, pintura que representa, o trata de representar, al mundo tangible, o algunos aspectos del mismo (o lo intenta, al menos). Esto independiente de la carga emotiva, motivacional, o intelectual que se le de. De ahí que seria absurdo tratar de aplicar los 12 valores a una obra suprematista de Malevich, o a un dripping de Jackson Pollock (es muy obvio, pero no está demás recordarlo). En fin, vamos con el primero de estos valores objetivos: