La verdad hace tiempo que quería escribir una entrada con el mismo titulo del blog, así que después de las entradas sobre las paletas y los pinceles, creo que por fin llegó la hora de hacerlo.
En esta ocasión, valga la redundancia, la entrada será sobre el tema que da sustento a este blog, y que de cierta forma, definió en buena parte lo que es nuestro arte occidental. Escribo, como no, sobre el aceite...
Pero antes que nada quisiera partir con una pequeña reflexión:
Usualmente todas las cosas, por grandes que nos parezcan, siempre parten por algo pequeño, muy pequeño. "Efecto Mariposa" le dicen algunos; el punto es que un pequeño hecho incidental tiene el potencial de cambiar curso de la historia para siempre. Ejemplos hay muchos, pero en el caso especifico del arte, ese pequeño hecho que lo cambió todo fue la simple existencia de... una planta.
Así es, una planta, una sin la cual la historia de la pintura sería otra, una muy, pero muy distinta. Una planta que, me atrevería a decir, es nada menos que el alma misma de la pintura tradicional. De las semillas viene su aceite, lo más versátil y noble que existe para crear un cuadro, y de su tallo; el textil más famoso en el mundo de las Bellas Artes. Así es; como sospecho que ya intuyes, esta planta es nada menos que la linaza...
El ciclo de vida de la linaza; desde que florece hasta que se convierte en un cuadro.